Este libro nació en pleno debate sobre los altos datos de inmigración en Europa allá en 2015. En las elecciones al Parlamento Europeo del 25 de mayo de 2014, el partido euroescéptico UKIP de Reino Unido se convirtió, con el 27 por ciento (24 escaños), en la fuerza política con más votos conseguidos dejando atrás al partido del primer ministro David Cameron.
Los registros mostraban un elevado índice de comunitarios llegando a tierras británicas con la intención de encontrar empleo, pero también con la idea de aprovecharse de las numerosas y generosas ayudas que Reino Unido ofrece a los desempleados. Una situación que pasó factura al gobierno conservador, quien faltó a su promesa y programa electoral de reducir la entrada ilimitada de inmigrantes procedentes de países europeos. Una cifra que fijó en 100.000 inmigrantes netos al año y que no pudo alcanzar.
El resultado del referéndum que él mismo puso en marcha y con el que invitaba a los británicos a votar a favor o en contra de la independencia de la Unión Europea, terminó de desgastar su imagen. El resultado, que como sabemos terminó siendo aprobado por un justo 51,9% (SÍ) frente a un 48,1% (NO) no hizo más que precipitar su dimisión al no verse capaz de sacar adelante el durísimo proceso y negociaciones que acarrearía el denominado Brexit con el resto de países miembros. Ese liderazgo perdido lo asumió Theresa May —también conservadora—, quien, después de varios años al frente del partido, acabaría siendo derrotada en una votación en el Parlamento. El puesto de primer ministro lo ocuparía el ex alcalde de Londres, Boris Johnson. Quien no solo tuvo que lidiar con el «marrón» del Brexit, sino con la pandemia de la COVID-19 en 2020.
Los datos facilitados por la Oficina de Estadísticas Nacional indican que Reino Unido recibió 503,000 inmigrantes en 2013. Si bien es cierto que los números son ligeramente inferiores a los de 2012 (517,000) hay que reconocer que son cifras insostenibles.
Reino Unido es un país la mitad de grande que España y cuenta con una población de casi 67 millones de habitantes. Su tasa de paro es del 3,8% (2022). En España, el porcentaje de desempleados sube hasta el 12,6% (2022) y tiene algo más de 47 millones de habitantes. Visto de forma objetiva y al menos sobre el papel, los británicos gozan de mejor salud en cuanto a población activa. En 2013 la tasa de paro en España se disparó hasta el 25,8% frente al 6,8% en Inglaterra. Esta es la causa por la que, antes de que entrara en vigor el Brexit (31 de enero de 2018), cerca de 30.000 españoles decidían poner rumbo a Londres u otras ciudades británicas en busca de trabajo. El idioma, que de una forma u otra hemos aprendido a chapurrear en la escuela o en academias privadas, hace que el conocimiento de la lengua no sea del todo una barrera.
Desde hacía muchos años, el aumento de webs y blogs orientados a españoles buscando iniciar una nueva vida en Inglaterra se habían multiplicado. Testimonios de experiencias pasadas, consejos, informaciones, trucos y demás, eran y son contenidos muy valorados y demandados por todos aquellos que comienzan a barajar la posibilidad de dejarlo todo y lanzarse a la aventura. Este hecho mejoró significativamente la calidad de las experiencias de los españoles en Inglaterra, quienes de no saber nada, pasaban a dominar prácticamente todos los aspectos más importantes a tener en cuenta a la hora de abandonar su país.
Desde los trámites para conseguir el permiso de trabajo, hasta la elección de la zona en la que vivir, los protocolos a seguir son bastante diferentes a los que seguiríamos en España. La necesidad de conocer a fondo todos esos aspectos y de hacerlo en un tiempo razonable que no comprometa los ahorros con los que habremos llegado, son los principales quebraderos de cabeza de todos los que un día vinimos aquí. En muchas ocasiones, algunos de los que lo intentaron agotaron sus recursos antes de lograr establecerse en el país.
A la necesidad de conseguir un trabajo estable se le suman otros menesteres menos materialistas y más afectivos. Hay que tener en cuenta que la experiencia de marcharse al extranjero implica no sólo dejar atrás España, sino a familiares, amigos, mascotas, etcétera. Dependiendo de lo más o menos sensible que seas, ese aspecto también jugará una baza importante en tu adaptación en Inglaterra y es imprescindible que cuentes con ello. Durante los primeros días, tu instinto de supervivencia te mantendrá atento y activo. Te sentirás pletórico y capaz de comerte el mundo y a todos los ingleses con patatas. Pero llegará un momento —y llega, créeme— en que todo ese estado de excitación y optimismo se vendrá abajo. Empezarás a echar de menos la comida, el clima, las charlas con mamá y papá, los abrazos de tu amigo, las risas de tus sobrinos, los paseos con tu perro, los mimos de tu gata... Ahí es donde este libro, además de en tu mudanza, pretende cumplir un papel importante.
Keep Calm and Move to England es, como dice en la portada, un manual de supervivencia para españoles en Inglaterra. La guía definitiva sobre cómo emigrar, trabajar y triunfar en todos los aspectos. Está escrito con la idea de convertirte en una persona completa y realizada sin nada que reprocharte y orgullosa de lo que has conseguido. Pero a la vez, agradecida con Inglaterra por haberte dado la oportunidad de dejarte llegar a sus tierras y conseguir todo aquello que tanto se te resistía en España. El país, como irás viendo, te ayudará en todo lo que pueda; tú, a cambio, también ayudarás al país con tu compromiso. La unión y equilibrio de vuestros sanos intereses recíprocos determinará el éxito o el fracaso de tu aventura.
Los objetivos y circunstancias de cada español son distintos a su llegada a Inglaterra. Hay quienes vienen a estudiar una carrera a Cambridge u Oxford, otros que emplean sus ahorros en vivir una temporada en el país para aprender o mejorar el inglés, personas que vienen a probar fortuna y otros cuya única y desesperada opción pasa por llegar prácticamente con lo puesto. Déjame decirte que este manual de supervivencia está orientado a los dos últimos casos.
Los Erasmus, así como universitarios, llegan con las ideas claras, con el apoyo de sus familias y en algunos casos con más de tres ceros en sus cuentas corrientes. Las carreras oscilan entre 3000 y 6000 euros al año; alojamiento, comida y extras a parte. Como cualquier mortal —a excepción de los famosos de la farándula—, estos estudiantes deberán trabajar para generar ingresos y amortizar sus estudios. En cualquier caso, ellos no necesitan manuales de supervivencia en Inglaterra. Necesitan hacerle una llamada a papá o a mamá.
Tú sin embargo, con carrera o sin estudios, sin trabajo, y con una familia sin demasiados o nulos recursos, con el añadido de una situación económica precaria que obligan a un cambio radical, sí lo necesitas. Si ese es tu caso, es importante que comiences a reconocerlo desde ya. El autoengaño es la primera causa de fracaso en cualquier empresa que te propongas en la vida. Seas abogado, arquitecto o biólogo, va ser muy raro que te plantes en Londres y no empieces fregando platos. Los bufetes más selectos de Kensington, los reputados despachos de arquitectura o los laboratorios de cosméticos más famosos de Inglaterra no están esperando con los brazos abiertos a inmigrantes novatos recién llegados. Esto es una realidad. Tengas la carrera que tengas o sepas hacer lo que sepas hacer, una vez pises Inglaterra por primera vez con la intención de trabajar te convertirás en un inmigrante. Y como tal se te va a tratar hasta que no demuestres que has dejado de serlo y que ya formas parte de su sociedad, habiéndote integrado y mejorado el idioma.
Este es pues un manual no tanto de inmigración, sino más bien de integración. Porque a lo que te enseño no es sólo a prepararte, mudarte y encontrar trabajo, sino a fusionarte con la cultura, la gente y la forma de vida. Llegar y trabajar es relativamente sencillo; integrarte plenamente y ser uno de ellos es más complicado. Y esto ha de quedar claro, porque de no ser así, tarde o temprano te sentirás devaluado. Y de acuerdo que en un principio te pido que bajes tus expectativas y moderes tus objetivos, pero también hay que ser conscientes de que pasado un tiempo, nuestra autoestima y amor propio se negarán a pasarse la vida fregando platos o malviviendo en pisos compartidos plagados de extranjeros. Como experiencia está bien, habrás logrado trabajo para subsistir —cosa nada fácil en España—, pero los años pasan y todos queremos estabilidad. Estabilidad económica, laboral y sentimental. De modo que a las voces de tu orgullo se le sumarán las de tus seres queridos, quienes te acabarán haciendo entender que para seguir así, casi mejor te vuelvas a casa. En muchas ocasiones, y si no se ha planteado bien de inicio, las ventajas de seguir en Inglaterra en determinadas condiciones serán menores que los beneficios de volver a España. Y esto lo menciono tanto por experiencia propia como por testimonio directo de amigos españoles que conocí en Londres y que terminaron regresando antes de tiempo, dejando atrás tan sólo una bonita experiencia.
No quiero engañarte: este libro no es una guía infalible de éxito. Seré tu coach personal y profesional de inicio a fin, pero necesitaremos trabajar como equipo y en muchas ocasiones te enfadarás conmigo por ser tan duro contigo. Créeme que al final me lo agradecerás. Además de los consejos prácticos y apoyo emocional que te brindaré en el interior de estas páginas, también podrás contactar conmigo desde el día de tu llegada a Inglaterra. Por teléfono, Whatsapp, email, Twitter o Facebook.
Estás a punto de cambiar tu vida para siempre, de modo que súbete las mallas, cálzate las botas y ponte la camiseta. La vas a tener que sudar como nunca.
Lanzamiento 9 septiembre 2022
